top of page

BLOG

Buscar

Quiero comenzar este nuevo post dando las gracias a una mujer maravillosa que al escribirme me ha inspirado a hablar de este tema: la soledad.

La soledad es una sensación muy conocida para algunas personas, es una sensación desagradable cuando luchas contra ella, es una señal de tu ser. No tiene nada que ver con que nadie se interese por ti o no quiera estar contigo, tiene que ver y mucho con la clase de relación que tienes contigo misma. Tiene que ver con una desconexión interior que se refleja en tu exterior, cuando nos sentimos separadas de los demás, de lo que nos rodea, en realidad, lo que está ocurriendo es que nosostras mismas estamos separadas de nuestro interior, nos estamos dando la espalda, mirando hacia fuera, buscado hacia fuera y dejando tirada a la persona que siempre está a nuestro lado, nosotras mismas.

Seguro que alguna vez en tu vida te has sentido sola en medio de una multitud de personas o estando en tu propia casa rodeada de tu familia o incluso estando con tu pareja. Recuerda...si la soledad fuese sólo una cosa de estar en compañía externa no te sentirías sola en presencia de los demás; sin embargo, ocurre. ¿Qué está pasando? Que no estás contigo, eso es lo que pasa. Estás tan centrada en las necesidades de los demás tanto que al final te olvidas de las tuyas, olvidas escucharte, atenderte, sentirte ya que tienes todos tus sentidos enfocados fuera y fuera de ti fundamentalmente. Esa es la mayor soledad que exsite el vacío que nos hacemos a nosotras mismas ante la presencia de los demás; por ello, cuando esas personas desaparecen o simplemente no están presentes...nos encontramos sintiendo un enorme vacío y soledad que pensamos que sólo se llenará ante la presencia de esas personas: ERROR. Recuerda hay personas que tienen pareja y se sienten solas, que tienen familia y se sienten solas, que tienen hijos y se sienten solas, que siempre están en compañía para evitar el sentir su soledad interior. Podemos disfraernos de esa sensación de soledad ya sea con la presencia de otras personas (familia, pareja, amistades,..) o ocupando nuestra mente en actividades (películas, libros, trabajo, etc.) pero está ahí y seguirá ahí hasta que la atendamos, hasta que nos atendamos, nos sentemos con nosotras y nos escuchemos de verdad desde el amor y no desde el miedo. Recuerda sentirte sola equivale a no estar contigo misma, no sentirte tu mejor compañía.

Cuando el sentido de nuestra vida lo depositamos fuera nos perdemos a nosotras mismas y nos arriesgamos a sentir ese vacío cuando eso externo desaparece. El verdadero sentido de nuestras vidas es conectar con nosotras mismas, conocernos, amarnos, hacernos plenamente felices y eso requiere de tiempo y atención interior. Si deseamos conocer a alguien, le hacemos preguntas, pasamos tiempo con esa persona a solas, pues con nosotras mismas igual. Necesitamos tiempo con nosotras a solas para conocernos y para amarnos.

La soledad está mal entendida, no es algo negativo es algo que te está ayudando a que regreses a ti misma, te está indicando de que por dónde vas no es el camino hacia ti, que no te estás amando lo suficiente, simplemente te está diciendo te has alejado de ti y es hora de conectar de nuevo contigo. En realidad, nunca estás sola siempre estás contigo y podríamos definir la soledad como estar contigo pero no mirarte ni atenderte hacer como que no hay nadie; y eso, es de lo más doloroso que nos ignoren. Es decir, sentimos soledad cuando nos ignoramos a nosotras mismas no dándonos importancia. Por ello, la clave fundamental para dejar ir ese estado de soledad es atenderte, es tenerte en cuenta, escucharte, mimarte, hacerte sentir que tú estás ahí para ti, sentir esa compañía interna y sentirte a gusto con ella. Yo personalmente puedo decirte que me llevo muchas horas conmigo misma la mar de feliz, no siento soledad para nada, me siento completamente conmigo y conectada a todo lo que me rodea, soy mi mejor amiga y compañera. No siempre fue así mucho años atrás me sentía sola, me criticaba, sí, pero era precisamente por todo lo que te he comentado arriba, porque no me conocía ni me atendía y además, me sentía sola incluso estando con gente. Por ello, puedo decirte que no hay mayor antídoto para esa sensación de soledad que la conexión contigo misma de verdad, mirate a los ojos en el espejo- hay alguien ahí esperándote-,no huyas de ti, sientáte contigo y escucha...conviertete en tu mejor amiga y compañera, ámate como nunca nadie te ha amado, se´tu mejor compañía, no hay nada más que hacer;)

S´olo cuando estás contigo misma y te conoces profundamente, te sientes conectada a todo y a todos desde un nivel que va más allá que lo material y físico, pues comienzas a ser consciente que todo es uno y tú formas parte de ello.

Y si no sabes cómo hacerlo, pide ayuda para conseguirlo. Una herramienta que te puede ser útil es esa reconexión contigo misma es mi reto de meditación conecta contigo, pues te ayuda a generar esos espacios de conexión, puedes escucharlo de forma gratuita aquí.

Quiero dejarte con estas sabías palabras del maestro Osho, que personalemente me encantan y creo que define muy bien eso que llamamos soledad:

No hay otra manera de estar que solo. Uno puede olvidarlo, uno puede olvidarse de sí mismo en muchísimas cosas, pero una y otra vez la verdad se reafirma. Por eso después de cada experiencia profunda te sentirás solo.

Esto parecerá muy paradójico, porque ordinariamente la gente cree que el amor les hará sentirse en compañía. Eso es una completa insensatez. Si el amor es profundo te hará consciente de la soledad, no de la compañía. Cuando algo cala hondo, ¿qué ocurre?: dejas la periferia de tu ser y entras en tu centro, y el centro es todo soledad. Allí estás sólo tú; o ni siquiera tú, tan sólo una consciencia sin ego, sin identidad, sin definición, un abismo de consciencia.

Después de escuchar bella música, o después de penetrar en el significado de una gran poesía, o ver la belleza de un atardecer, en el despertar siempre te sentirás triste. Viendo esto, millones de personas han decidido no ver la belleza, no amar, no meditar, no rezar, evitar todo lo que sea profundo. Pero aunque evites la verdad, la verdad te golpea algunas veces. Sin que te des cuenta, te posee.

La soledad es tremendamente bella porque es profundamente libre. Es absoluta libertad; ¿cómo puede crear tristeza?

Sentirse solo es la soledad mal interpretada. Significa que echas de menos al otro. ¿Y quién es el otro?: alguna excusa que te ayuda a olvidar tu consciencia, algún toxico: puede ser una mujer, un hombre, un libro, cualquier cosa; cualquier cosa que te ayude a olvidarte de ti mismo, que se lleva el recordarte a ti mismo, eso te quita el peso de la consciencia.

La soledad es inmensamente bella. La soledad es un momento en el que ya no se necesita al otro, tú eres suficiente para ti mismo; tan suficiente que puedes compartir tu soledad con toda la existencia. Tu soledad es tan inagotable que aunque inundes toda la existencia, aún te quedará más. Cuando estás solo, eres rico, cuando te sientes solo eres pobre.

El que se siente solo es un mendigo; su corazón es una escudilla. El que está solo es un emperador.

Y lo que a ti te ha ocurrido ha sido sentirte solo, pero tu interpretación es errónea, viene de tus experiencias pasadas, de tu mente pasada. Abandona la mente. Entra en tu soledad; obsérvala, saboréala. Hay que mirar todos sus aspectos. Entra desde todas las puertas posibles; es el mayor templo que existe. Y es en esta soledad donde te encontrarás a ti mismo; y encontrarse a uno mismo es encontrar a Dios.

Aprende a disfrutar de estar a solas contigo,

esa es una de las claves de tu felicidad.

Nunca estás sola, siempre estás contigo misma

 
 
 

Muchísimas veces lo que nos ocurre como mujeres es que evitamos el sentirnos profundamente vulnerables en nuestras relaciones y sobre todo en las de pareja. Precisamente, porque nos sentimos expuestas, frágiles, desnudas frente a la persona y además, sentimos miedo de ella al mismo tiempo. Ese miedo puede proceder tanto de esperar del otro una determinada reacción o conducta y ésta no suceder; o por pensar que vamos a ser criticadas o juzgadas si nos ven así (autoexigencia). Es decir, el miedo es miedo a que no suceda lo que espero o a lo que la otra persona va a pensar de nosotras si nos mostramos así. Por tanto, decidimos mejor evitar el abrir la puerta y permanecer cerradas. En realidad, lo que ocurre es que no estamos dispuestas a abrirnos pase lo que pase, sino sólo si lo que pasa es lo que yo espero o deseo y como no estoy segura de eso, me mantengo "segura" con la puerta cerrada pero a la vez sintiéndome sola o incomprendida. A la vez que intento mostrar y justificarme que no necesito de nadie, que yo sola puedo. ¿Te suena esto?

Cuando una mujer no muestra su vulnerabilidad en su relación de pareja cierra la puerta al amor verdadero hacia ella.

A las mujeres del pasado muchísimas veces se las ha criticado, menospreciado y visto negativamente su parte vulnerable o débil. De tal forma, que la mayoría de las mujeres han reprimido profundamente esa parte para evitar esa crítica que procedía de una sociedad dominada por hombres y que valoraba más las características masculinas que las femeninas. ¿Qué ha ocurrido? Que para ser valorada en la sociedad la mujer tenía que mostrar más las características masculinas y el ser vulnerable, no es una de ellas.

Sin embargo, la sociedad va cambiando poco a poco, ya el hablar de emociones y sentirlas se está considerando de muchísima importancia en todas las áreas. Y es tiempo de ver la vulnerabilidad como algo natural y aceptarla de esa forma también. Además, de no verla como algo sólo de mujeres pues los hombres también tienen su vunerabilidad pero tampoco la muestran por el mismo motivo que he comentado. Un hombre mostrandose débil y vulnerable era criticado socialmente y no aceptado como algo valioso. La típica frase de "los hombres no lloran" pone de manifiesto esta idea. Estamos en el siglo XXI, necesitamos asentar y cultivar el respeto por cada parte de nosotros tanto los aspecto femeninos como masculinos desde el amor veradero que no es otra cosa que amor incondicional. Pues cada hombre y cada mujer tiene en tu interior ambos aspectos, necesitamos equilibrarlos, sin censuras o reprimir unos sobre otros.

Un bebe, un gatito pequeño, una flor, una semilla abierta que recién sale de la tierra con su brote verde, una persona anciana, una mujer llorando o un hombre llorando...todo ello es vulnerable abiertamente. ¿Qué nos despierta? Amor y ternura.

No hay nada más hermoso que una flor y nada más vulnerable que ella.

Aceptar tu vulnerabilidad y expresarla desde el amor verdadero es el camino hacia una relación amorosa maravillosa. Si la evitas o la ocultas lo que se genera es un muro, separación que se siente frío y nos aisla a la vez que no permite a los demás entrar, por lo que pasan por delante con la misma frialdad del muro o simplemente, pasan sin prestarle atención. ¿Qué conseguimos? Una relación distante.

Ama tu vulnerabilidad y podrás disfrutarla

La clave está en no apegarse al resultado cuando expresas tu vulnerabilidad, sino llevar la atención hacia lo que sientes y respetarlo dejándolo salir, nada más, sin expectativas.

Por ejemplo, si estás conociendo a alguien y tienes ganas de decirte que te gusta mucho pero no quieres decirlo porque tal vez él no sienta lo mismo y te sientas rechazada, o porque piensas que es muy pronto para decir eso, no se vaya a agobiar y cambiar contigo, lo que está ocurriendo es que estás reprimiendo una parte de ti por miedo a no obtener lo que deseas.

Lo mismo si estás en una relación y no le dices a tu pareja, por ejemplo, que necesitas su ayuda que no puedes sola o no quieres hacerlo sola, por miedo a su reacción o porque piense de ti X.

Todo ese discurso está en tu mente y es importante que sepas que lo que tú crees que él pensará es en realidad sólo lo que tú piensas. Necesitas abrir tu mente al amor, generando pensamientos amorosos que te expanden en lugar que te contraígan.

Necesitas regresar a ti, a tu corazón y expresar lo que haya en ti sin pretender sentirte de una forma diferente, sin máscaras.

Si no reacciona la persona como esperas, eso es información que te puede ser muy útil para saber si es la persona o no para ti. Y si reacciona como esperas, también es información muy útil.

Utilizar tu vulnerabilidad para generar más amor verdadero en tu vida te permite el ser libre y sentirte libre en tu relación. Eso no significa que no vayas a sentir decepción a veces si no ocurre lo que esperas pero sentirás dentro de ti alivio interior, desapego, libertad, sentirás conexión, apertura y tranquilidad interna por hablar tu verdad. Tu vulnerabilidad es la puerta por la cual entra el amor, esa parte del amor que consiste en permitirte recibir. Y no me refiero a recibir del exterior sólo, sino a recibir de nosotras mismas. Pues al expresarla, al exponerla lo que estás haciendo en realidad es recibir amor de ti misma, es fortalecerte. Sólo las personas fuertes de verdad muestran su vulnerabilidad sin problemas. Y sólo las personas que nunca muestran vulnerabilidad son débiles.

Cuando somos honestas y abrimos la cortina para expresar lo que deseamos, sentimos o queremos profundamente con total liberad y apetura la respuesta que obtenemos suele ser también de apertura y honestidad.

Esto significa que cuando nos damos permiso para mostrarnos como somos sin pretensiones, desde nuestra verdad también los demás se abren del mismo modo. Entonces, se genera una verdadera y auténtica conexión. Y este tipo de conexión es lo más hermoso que existe, la honestidad sin expectativas. Si de la conexión brota lo que deseas, lo celebras y si no, también, lo celebras por la información que te da y la libertad que te ofrece. No tengas miedo de la reacción de la otra persona pues es síntoma de apego y dependecia hacia ella. Ten más miedo a no ser tú misma plenamente al lado de alguien. La libertad es el mayor indicador de amor verdadero. Si alguien te ama de verdad, querrá que seas tú misma con tus defectos y virtudes, querrá que seas honesta y le abras tu corazón sin miedo, generando así auténtica conexión. Por ello, te invito ahora y siempre a que te conviertas en esa persona que se ama de verdad y de forma incondicional que ama su vulnerabilidad como algo bello y humano llego de fragancia amorosa, respetándola, mostrándola y aceptándola sin ocultarla.

Amar tu vulnerabilidad y mostrarla es signo de tu fortaleza y libertad interior.

Cuando te permites sentirte vulnerable en tu interior desde el amor verdadero hacia ti y por tanto, sin autocrítica o autoexigencia, serás capaz de hacerlo con los demás y en tu relación de pareja. Esto es un signo de que nos hacemos responsables plenamente de nuestra vida y nuestro sentir. Entonces, esa flor habrá madurado completamente pues conoce que su belleza precisamente radica en su vulnerabilidad.

Celebremos nuestra vulnerabilidad abiertamente

Yo a veces me siento vulnerable, ¿y tú?

 
 
 
bottom of page