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Hoy quería hablaros sobre el crecimiento espiritual y sus signos, y me topé con este artículo cuando

me estaba informando. Resume tan bien lo que quería expresaros que decidí traducirlo al español. Es muy importante el ser conscientes cuando estamos en proceso de cambio hacia una vida más conectada con nosotr@s mism@s, más feliz, más llena de bienestar que ese proceso de cambio es un proceso de crecimiento espiritual. La felicidad, la paz interior, el amor verdadero, la alegría de estar viv@, de hacer lo que disfrutas, la compasión, la conexión con todo lo que te rodea, el perdón, la visión más amplia fuera de los límites que la sociedad marca, etc. todo ello es parte de un proceso de crecimiento espiritual, que no es otra cosa que un proceso de conexión con nuestra verdadera esencia.

Este artículo describe muy bien los signos que van apareciendo en ese crecimiento espiritual y espero que te sirvan de guía e inspiración para vivir más contectad@ en tu día a día. Pues ya sea que los tengas asentados en ti o estén despertando en ti e incluso si no te sientes así pero te gustaría, estos signos son una oportunidad para ser más conscientes. Sin más te dejo con esta hermosa lectura.

Signos de madurez espiritual

Autenticidad

El famoso psicoterapeuta estadounidense James Bugental llama a la autenticidad el valor existencial más importante de un ser humano. Él identifica tres características principales de la existencia auténtica:

1) Plena conciencia del momento presente de la vida

2) Elegir independientemente del modo de vida en ese momento

3) Ser responsable plenamente de esta elección que se toma.

La autenticidad hasta cierto punto generaliza muchas propiedades del individuo. En primer lugar, es una expresión de sinceridad hacia el otro. Una persona auténtica quiere ser ella misma en sus reacciones inmediatas y en su comportamiento holístico. Se permite no saber todas las respuestas a las preguntas de la vida. No actúa como si sintiese amor si se siente hostilidad en este momento. La dificultad de la mayoría de las personas es que gastan una gran cantidad de energía vital en el desempeño de roles o en la creación de una fachada externa, en lugar de utilizarla para resolver sus problemas reales.

Si la persona la mayor parte del tiempo se esconde detrás de la máscara de cualquier rol seleccionado, no es sorprendente que, en respuesta, reciba la misma actitud insincera de los demás. La autenticidad es el ejemplo más completo de comportamiento flexible.

Apertura a la experiencia propia y aceptación de los sentimientos.

Aquí, con franqueza, quiero decir sinceridad en la percepción de los propios sentimientos. La experiencia social enseña a negar, a rechazar los sentimientos, en particular, a los negativos. La presión de los demás obliga a desplazar o suprimir la tristeza, la irritabilidad y la ira. La sociedad nos dice: "No llores, no estés nervioso", etc.

Una persona espiritualmente madura no ahuyentará ningún sentimiento, incluidos los negativos. Acepta y experimenta cualquier sentimiento que tenga. Sólo, en este caso, puedes controlar exitosamente tu comportamiento. Es porque nuestros sentimientos desplazados son irracionales, es decir, se convierten en una fuente de comportamiento incontrolado.

Cuando nos damos cuenta de nuestras reacciones emocionales, podemos elegir nuestro comportamiento en cada situación y no permitir que los sentimientos inconscientes violen la regulación de nuestro comportamiento. Por lo tanto, nos llamamos a nosotros mismos "espiritualmente maduros" sólo si somos capaces de mostrar nuestra tolerancia a toda nuestra gama de reacciones emocionales y las reacciones emocionales de otras personas.

Desarrollo del autoconocimiento

El autoconocimiento limitado implica una restricción de la libertad, y el autoconocimiento profundo aumenta la posibilidad de elección en nuestra vida. Cuanto más sepa una persona sobre sí misma, mejor comprenderá a otras personas, y viceversa, cuanto más comprenda una persona a otros, más profundamente se comprenderá a sí misma. No poder escuchar lo que sucede dentro de nosotr@s aumenta nuestra exposición al estrés y limita nuestra eficacia en la vida. Es muy importante tratarse de manera realista y consciente.

La fuerza de la personalidad y la identidad

Una persona madura sabe quién es, quién puede ser, qué quiere de la vida, qué es importante para ella en esencia y qué no importa. Se vuelve a la vida con preguntas, responde las preguntas que le plantea la vida y prueba constantemente sus valores.

Una persona espiritualmente madura no puede ser un reflejo de las esperanzas de otras personas, actúa en su propia posición interna. Esto le permite sentirse fuerte en las relaciones interpersonales.

Tolerancia a la incertidumbre (la capacidad de resistir la incertidumbre)

Muchas personas se sienten incómodas en situaciones donde hay falta de estructura, claridad y certeza. Pero el desarrollo espiritual requiere dejar ir la zona de confort y abrirse a una nueva experiencia. Cuando nos sumergimos en nuestro viaje espiritual, no tenemos garantías ni claridad de lo que podemos esperar. Un viaje espiritual es muy individual e incluso los gurús espirituales muy experimentados no pueden darnos todas las respuestas de lo que podemos esperar.

Una persona espiritualmente madura entiende esto. Sabe que la vida es un viaje pero no uno cualquiera es una aventura. Es por eso que nunca sabemos qué nos espera el próximo día, qué tipo de desafíos enfrentaremos y qué decisiones tendremos que tomar. Todo lo que podemos tener es una gran confianza en nuestra propia intuición y la adecuación de los sentimientos, la confianza en las decisiones constructivas y la capacidad de asumir riesgos. Todas estas cualidades nos ayudan a soportar la tensión creada por la incertidumbre de toda la serie de situaciones de la vida.

Responsabilidad personal

Dado que la mayoría de las situaciones de la vida surgen bajo nuestro control, debemos ser responsables de nuestras acciones en estas situaciones. Comprender tu responsabilidad te permite tomar una decisión libre y conscientemente en cualquier momento de la comunicación: estar de acuerdo con los argumentos del interlocutor o entrar en una confrontación productiva.

La responsabilidad personal ayuda a tomar las críticas de manera más constructiva. En tales casos, la crítica no activa los mecanismos de protección psicológica, sino que sirve como información útil que mejora la eficiencia de las actividades e incluso la vida misma.

La profundidad de las relaciones con los demás

Cuando una persona espiritualmente madura evalúa a otras personas (sus sentimientos, puntos de vista, rasgos peculiares) lo hace sin condenarlos y sin usar etiquetas.

Algunas personas sienten que expresar sentimientos positivos obliga y, por lo tanto, restringe la libertad y los hace vulnerables. Otras temen el rechazo, por lo que sienten que la posición más segura es el rechazo de las relaciones cercanas. Y están satisfechas con la comunicación con el compañero/a en la distancia.

Pero si tienes suficiente madurez espiritual no tienes tales temores. Puedes expresar libremente tus sentimientos, tanto positivos como negativos, cuando te comunicas con otras personas.

Rechazo del perfeccionismo

La madurez espiritual implica un rechazo del deseo de ser perfecto. En lugar de culparnos por nuestros errores, debemos tomarlos como nuestras lecciones. Si aceptamos que no somos perfect@s, evitaremos tensiones y sentimientos de culpa innecesarios. En este caso, las relaciones con los demás se vuelven más profundas y, al mismo tiempo, más reales.

Empatía

La madurez espiritual implica la capacidad de una persona para sentir empatía. Los empátic@s entienden los sentimientos de las personas con quienes se comunican, así como la consideración obligatoria de ellos en el proceso de comunicación. El rango de manifestación de empatía varía ampliamente: desde una respuesta emocional ligera hasta una inmersión total en el mundo de los sentimientos de su interlocutor. Los empátic@s se dan cuenta de que los sentimientos que experimentan son un reflejo de los sentimientos de sus interlocutores.

Amabilidad y la compasión

La amabilidad se basa en el concepto fundamental del auto-reconocimiento. Estamos obligad@s a tratar todos los aspectos de nosotr@s mism@s con compasión. No sólo nuestros aspectos positivos, sino también aquellos que hemos negado. La madurez espiritual es un reflejo de nuestra profunda gratitud, amabilidad, compasión y perdón.

Sólo una vez que nos tratemos con amabilidad y compasión podemos tratar a los demás de la misma manera. Nuestra actitud hacia los demás es siempre un reflejo de nuestra actitud hacia nosotros mismos. Por eso siempre digo: "¡Ámate a ti mism@ primero!".

Paciencia

La madurez espiritual implica una comprensión del hecho de que el proceso de despertar pasa por muchos períodos y ciclos. Requiere nuestro compromiso más profundo.

La verdadera paciencia no aspira a ningún logro. Nos permite abrirnos para lo intemporal. Cuando Einstein explicó la naturaleza del tiempo ponía este ejemplo: "Cuando te sientas con una buena chica durante dos horas, crees que es sólo un minuto, pero cuando te sientas en una estufa caliente durante un minuto, crees que son dos horas. Eso es relatividad ".

El despertar no es una cuestión de semanas, años o vidas, sino de una revelación amorosa y paciente del misterio en este momento.

Un sentido de lo sagrado

Las personas espiritualmente maduras tratan cada acción que hacen como una práctica sagrada. La madurez espiritual significa una comprensión del hecho de que si necesitamos traer luz y compasión al mundo, debemos comenzar con nuestras propias vidas. Nuestras vidas personales se convierten en prácticas espirituales más genuinas que cualquier serie de experiencias que tengamos o cualquier filosofía que compartamos. Este enfoque personal de la práctica significa el respeto por el individuo y lo universal en nuestras vidas. Además, también honramos a nuestro cuerpo individual, a nuestra familia individual y a nuestra comunidad, así como a nuestra historia personal de alegría y tristeza. Las personas espiritualmente maduras tienen un profundo entendimiento de que su despertar espiritual personal afecta a todas las demás criaturas.

Descubrimiento independiente

En lugar de aceptar alguna filosofía o seguir ciegamente a un gran maestro, yendo por un camino insuperable, debemos reconocer que debemos ver por nosotr@s mism@s. En la madurez espiritual, encontramos un gran sentido de autonomía, no como una reacción a la autoridad, sino como una base para el reconocimiento sincero del hecho de que nosotr@s, como Buda, somos capaces de despertar espiritualmente. La madurez espiritual tiene una cualidad profundamente democrática. Significa que todos los individuos tienen la oportunidad de descubrir lo que es sagrado y de liberarse.

Este sentido de exploración combina la apertura de la mente con la "sabiduría discernidora", la capacidad de separar lo útil de lo dañino, lo que mantiene los ojos abiertos. Con una mente abierta, siempre aprendemos.

Nuestro sentido del descubrimiento nos da la oportunidad de usar las tradiciones de la gran sabiduría para aprender de los maestros y ser parte de la comunidad. Al mismo tiempo que estamos en contacto con nosotr@s mism@s, para ver la verdad y decir la verdad con gran respeto a nuestra propia integridad y a nuestro propio despertar. Este tipo de investigación nos permite ser más honest@s con nosotr@s mism@s.

Flexibilidad

La flexibilidad implica que la vida espiritual no se trata de aceptar una filosofía o conjunto de creencias o enseñanzas particulares, ni se trata de confrontar u oponerse a nadie. Es la ligereza del corazón lo que implica que todos los medios espirituales son balsas para llegar a la libertad.

Flexibilizar nuestra mentalidad aporta ligereza y sentido del humor a la práctica espiritual. Nos permite ver que hay miles de formas de alcanzar el despertar espiritual. Y si elegimos una manera y otras personas eligen otra, no hay nada de malo en esto. Podemos seguir diferentes caminos para llegar al mismo destino.

Conclusión

Con la madurez espiritual, nuestra capacidad de perdonarnos y liberarnos crece y se profundiza. Esto muestra la resolución natural de nuestros conflictos y la capacidad de volver a la alegría y la paz. Cuando alcanzamos la madurez espiritual, vemos la espiritualidad como una cuestión de quiénes somos y no de qué ideal, filosofía, religión o gurú seguimos. La espiritualidad de este tipo está llena de alegría e integridad; Es tanto ordinario como despierto. Tal madurez espiritual permite que la luz de lo divino brille a través de nosotros.

Espero que hayas disfrutado mucho de este artículo, a mí personalmente me encantó pues resume muy bien el vivir desde la espiritualidad nuestra vida. Además, espero que te sea útil en tu vida para vivirla con más conexión, paz, amor y sabiduría. Te invito a compartirlo si lo disfrutaste, así expandimos este camino hacia la consciencia y el despertar.

Te gustaría cultivar estas cualidades en ti y en tu vida, entra en este enlace y curiosea cómo puedo apoyarte en este hermoso proceso de crecer espiritualmente, haz click aquí.

*Artículo original en inglés: https://solancha.com/signs-of-spiritual-maturity/

 
 
 

No hace mucho que descubrí un patrón inconsciente que tenía activo. Y este patrón precisamente era el sentir incomodidad al estar plenamente relajada como si estuviera perdiendo el tiempo o no haciendo lo que debía estar haciendo, y mi mente estaba llena de pensamientos. En resumen, mi mente no me dejaba en paz. Esta incapacidad para relajarme completamente la notaba en mi práctica

de yoga a la hora de realizar la relajación final, me costaba mucho o incluso no podía, mi mente siempre estaba activa de alguna forma y cuando iba al spa o al campo pues me pasaba igual. Sin embargo, no le daba importancia, no me paré a profundizar en ello, aunque lo notaba no era consciente plenamente. Gracias a la vida que siempre nos da aquello que necesitamos, se me presentó el momento adecuado para ello, precisamente en mi día a día. Cada vez en mi vida, me sentía mejor, cada vez podía descansar más y tener más tiempo para mí, más paz mental y fue entonces cuando, ¡zas! pude pillar desde el ser consciente el patrón y de dónde procedía. Esa es la maravilla de tener espacio y tiempo puedes observarte con más consciencia, y ser esa consciencia en tu vida. El patrón venía de mi madre y a su vez de mi abuela. Mujeres que no paraban nunca de hacer y hacer y más hacer. Y sólo se permitían parar cuando estaban exhaustas o enfermas. Al mismo tiempo ellas criticaban el no hacer y el descanso en los demás. Recuerdo cómo me criticaban el que dijera que no quería hacer algo, o cuando estaba simplemente sin hacer nada o haciendo lo que me gustaba en lugar de "las tareas del hogar", la palabra flojilla la escuchaba a menudo referida a mí. Vivían para sus tareas en lugar de vivir para ellas mismas. De hecho, sólo estaban tranquilas si "todo" estaba en orden o realizado. Y...eso es algo imposible casi si quieres tener una vida de calidad.

Una vez tomé consciencia, y pillé al patrón. Mi vida fue cambiando y me fui permitiendo relajarme, más y más. Me fui permitiendo estar en paz, aunque no todo estuviera hecho y atado. Me permití parar y relajarme. Y lo más importante sentirme bien haciéndolo sin incomodidad. Me permití el ser más yo misma y vivir cómo deseo vivir mi vida desde el amor verdadero hacia mí. Ahora tengo momentos de actividad y momentos de descanso de verdad con paz interior y sin inquietud.

Es muy importante comenzar a ser conscientes de que vivimos en una sociedad en la cual todo va a mil por hora y no hay descanso. Una sociedad donde el hacer más y tener más y conseguir más y hacer más y así una y otra vez no es el ambiente ideal para generar esta consciencia de que tenemos el hábito de la actividad constante y que si paramos nos sentimos con incomodidad e incluso nos reprochamos esa parada, ese descanso, ese dejar de hacer con frases como "podría hacer más y aquí estoy parada"," debería hacer más", "soy una fresca aquí sentada con tanto que hay por hacer", "tengo que terminarlo todo, no puedo parar", "descansaré luego", "no puedo descansar con todo lo que tengo que hacer, sería egoísta", "no sería buena madre o esposa o trabajadora si paro y me dedico tiempo", " el relax es para las vacaciones", "el spa es un lujo no necesario", "van a pensar mal de mí si paro, me criticará mi pareja, mi jefe, mis compañeros" etc. O bien la otra cara de la moneda, no sabemos qué hacer cuando paramos, nos entra incomodidad y por ello, regresamos rápidamente a lo conocido al hacer y hacer. Tenemos un estado como de aburrimiento si dejamos de hacer, junto con un estado de autocrítica por ello. Somos adictos al hacer, a la acción constante ya sea a nivel conductual como a nivel de actividad mental. Y es preocupante, escuchar comentarios de personas que por ejemplo, han sufrido un accidente grave y podrían estar de baja diciendo que han regresado al trabajo porque no sabían qué hacer en casa. O mujeres embarazadas que ya tienen su baja maternal pero regresan al trabajo para dejar atadas ciertas cosas o que incluso trabajan casi durante todo su embarazo. O mujeres que no paran literalmente en todo el día hasta la noche y toman tres o cuatro cafés para mantener el ritmo.

Esto necesita cambiar y todo cambio comienza primero con nosotr@s mism@s.

Esta forma de vivir que marca la sociedad donde el descanso no se considera importante y se descalifica incluso premiando el trabajar de más o hasta el agotamiento como algo positivo genera estrés y enfermedad en las personas, mina la calidad del trabajo de las mismas, la calidad de la vida personal de las mismas y la calidad de las relaciones personales de las mismas. Vivir desde el estrés y el agotamiento fomenta que sea nuestro inconsciente quién esté al mando y no nuestra consciencia, nos hace dependientes y no independientes. Este estado de estrés y agotamiento además nos hace más vulnerables a repetir patrones heredados y condicionamientos que no queremos repetir, a ser influenciad@s por las personas o medios que nos rodean y a generar estados depresivos-ansiosos. En resumen, nos volvemos menos nosotros y más lo que la sociedad desea lo cual genera infelicidad.

Este vivir para la acción no es natural. En la Naturaleza existe un equilibrio entre la acción y el descanso. Incluso las estaciones del año nos reflejan ese equilibrio. Cada cosa tiene su momento y el descanso, el relax es otro momento más que no sólo debe dejarse como descanso de dormir. El dormir es fundamental pero sólo no es suficiente para que nuestro sistema nervioso parasimpático haga su trabajo. Necesitamos también cultivar otros 3 tipos de descanso:

1- El ocio: practicar cosas que te gustan, disfrutas y te hacen sentirte bien como deporte, hobbie, lectura, música, estar con amistades, cine, teatro, bailar, etc.

2- Tiempo para ti: dedicarnos tiempo a nosotros ya sea de autocuidado y recarga como ir a yoga, meditar, masajes, spa, pasar tiempo en la naturaleza y todo aquello que genere bienestar en ti y sea sólo para ti.

(Esta meditación podría interesarte para cultivar este tipo de tiempo, Meditación para relajarte y regocijarte)

3-Tiempo de no hacer nada: este tiempo es el que está o ausente o escasea en nuestra sociedad. Y está "mal visto". Y es eso que hacías cuando pequeñ@ que tus padres o profes te criticaban diciéndote "deja de mirar las musarañas" o dicho de otro modo deja de no hacer nada. Es un tiempo para simplemente observar lo que te rodea sin ni siquiera pensar, no es necesario. Es no hacer nada " productivo" y sin embargo, este tipo de tiempo es el padre de toda creatividad e inspiración en tu vida. Es el espacio dónde surgen las ideas y las soluciones sin ni siquiera buscarlas. Es el no hacer, el arte de no hacer nada, de la no acción, el Wu Wei.

Ahora te voy a invitar a reflexionar sobre tu vida y tus descansos, ¿Cuánto tiempo dedicas cada día a cada uno de estos 3 tipos de descanso? Sé consciente. Y ahora, que eres consciente de ello, puedes comenzar a cambiar si así lo decides.

La relajación que aportan estos 3 tipos de descanso es fundamental para tu salud y bienestar interior, para vivir mejor y disfrutar más de tu vida. Y no sólo eso es la fuente de tu energía, y por tanto, lo que sostiene todo lo que haces y cómo lo haces. Es lo que otorga calidad a tus acciones.

La relajación es el mejor amor verdadero que podemos darnos, y sólo nos haremos este regalo si nos liberamos de aquello que nos impide abrirnos plenamente al relax durante el día, cada día. La relajación no es algo sólo para las vacaciones, no, no, no, ...la relajación es una necesidad básica para el bienestar integral de todo ser humano. La relajación te aporta disfrute de tus relaciones, familia, trabajo, comunidad, etc. La relajación te aporta salud mental y corporal. La relajación es la conexión con tu ser espiritual, tu esencia. La relajación es la vibración que atrae todo lo bueno a tu vida y tu ser.

Por último, te dejo la sabiduría del gran maestro Osho sobre la relajación:

"La relajación total es lo último. Ese es el momento en que uno se convierte en un buda. Ese es el momento de la realización, la iluminación, la conciencia de Cristo. Tú no puedes estar totalmente relajado ahora mismo. En el núcleo más interno persiste una tensión.

“Y esa relajación sin duda trae la mayor alegría posible, la máxima aceptación del éxtasis. Estarás lleno de dicha y regocijo. Tu vida tendrá la calidad de la danza. "

Ralentizar cada proceso.

"Pero empieza a relajarte. Comienza desde la circunferencia, ahí es donde estamos, y podemos comenzar sólo desde donde estamos. Relaja la circunferencia de tu ser: relaja tu cuerpo, relaja tu comportamiento, relaja tus actos. Camina de manera relajada, come de manera relajada, habla, escucha de manera relajada. Ralentiza todos los procesos. No tengas prisa y no tengas prisa. Muévete como si toda la eternidad estuviera disponible para ti; de hecho, está disponible para ti. Estamos aquí desde el principio y vamos a estar aquí hasta el final, si hay un comienzo y hay un final. De hecho, no hay principio ni fin. Siempre hemos estado aquí y estaremos aquí siempre. Las formas van cambiando, pero no la sustancia; Las prendas van cambiando, pero no el alma.

Tensión significa prisa, miedo, duda. Tensión significa un esfuerzo constante para proteger, para estar seguro, para estar seguro. Tensión significa prepararse para el mañana ahora o para la otra vida. Temo que mañana no podrás enfrentar la realidad, así que prepárate.

“Tensión significa el pasado que no has vivido plenamente, que de alguna manera has eludido; Se te queda colgado, como resacoso, te rodea."

"Recuerda una cosa muy fundamental sobre la vida: cualquier experiencia que no haya sido vivida quedará a tu alrededor, persistirá:" ¡Termíname! ¡Mírame! ¡Complétame! 'Hay una calidad intrínseca en cada experiencia que tiende y quiere que se termine, se complete. Una vez completado, se evapora; Lo incompleto, persiste, te tortura, te persigue, atrae tu atención. Dice: '¿Qué vas a hacer conmigo? Todavía estoy incompleto, ¡complétame! ’ "

Tu cuerpo te escucha

“Y te sorprenderás de que si te acercas a cualquier parte de tu cuerpo, te escucha, te sigue, ¡es tu cuerpo! Con los ojos cerrados, vaya dentro del cuerpo desde el dedo hasta la cabeza en busca de cualquier lugar donde haya tensión. Y luego habla con esa parte mientras hablas con un amigo; Deja que haya un diálogo entre tú y tu cuerpo. Díle que se relaje y díle: "No hay nada que temer. No tengas miedo. Estoy aquí para cuidarte, puedes relajarte. Lentamente, aprenderás a saberlo. Entonces el cuerpo se relaja ".

Texto de OSHO extraído de http://www.oshotimes.com/2018/08/relaxation-natural/

Comparte este post si crees que ofrece una información valiosa e importante que todo el mundo debería recibir y asentar en su vida diaria. Comparte este post si deseas extender el descanso como algo fundamental y valioso en esta sociedad.

Y para terminar, cuéntame en los comentarios cuál es tu forma favorita de relajarte, será genial leerte.

¡Mil gracias por estar ahí detrás de la pantalla!

¿Quieres saber cómo puedo ayudarte a que disfrutes plenamente de cultivar relajación cada día en tu vida? Curiosea mi forma de apoyarte aquí.

 
 
 
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